La primera piedra que tuve fue una pulserita de Aventurinas verdes que me regaló mi padrino por mi comunión, tenía yo 9 años. Yo me ufanaba de ellas, y presumía de mis «esmeraldas» jejeje! Ya más mayorcita, cuando empecé a frecuentar las ferias de minerales, siempre me atraían las mismas piedras verdes, pero entonces averigüé …
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